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Modelo de Biblioteca Escolar de Extremadura

 

Artículo 135.1 de la Ley de Educación de Extremadura (Ley 4/2011, de 7 de marzo)

«Todos los centros educativos dispondrán de una biblioteca escolar dotada de suficientes recursos que facilite el acceso a la información y a la documentación en los distintos soportes, propicie la actualización científica y pedagógica del profesorado, refuerce los procesos de enseñanza y aprendizaje del alumnado y fomente el hábito de la lectura, la práctica de idiomas y las habilidades en el uso de la información.»

La biblioteca escolar en…

Descripción del modelo

Definición de biblioteca escolar

La biblioteca escolar debe ser un centro de recursos impresos y digitales para la lectura, información y aprendizaje; así como un espacio educativo abierto, física y virtualmente, de apoyo a los procesos formativos, desarrollo de las competencias clave, el fomento de la lectura, la práctica de idiomas y la alfabetización mediática e informacional del alumnado.

Asimismo, debe ser un entorno que ayude a paliar las desigualdades iniciales o adquiridas del alumnado, sirviendo de apoyo para el que presente necesidad específica de apoyo educativo y ofreciendo iniciativas para disminuir el fracaso escolar.

La biblioteca escolar como mediadora

La biblioteca escolar debe evolucionar, si aún no lo ha hecho, hacia un modelo donde se ponga el énfasis en la localización y selección de los recursos más adecuados y con mayor calidad, en un entorno en el que los recursos digitales deben adquirir mayor presencia, abandonando la idea de tener al libro impreso como centro de su actividad, de manera que su gestión no se limite casi exclusivamente a la catalogación, ordenación y préstamo.

Asimismo, tienen que ser distribuidas y accesibles desde cualquier parte del centro, o incluso fuera de él, centrando su acción en la comunidad educativa con actuaciones entre las que se incluyen la mediación, la comunicación, la difusión y la distribución.

La biblioteca escolar: apoyo curricular y a las competencias clave del alumnado

El principal ámbito de actuación de la biblioteca escolar, que además la diferencia de otros tipos de biblioteca, es el apoyo curricular. En este sentido, debe proporcionar horarios de apertura adecuados, materiales y actuaciones para que tanto el profesorado como el alumnado la utilicen como un espacio educativo más, sobre todo como un entorno físico y digital donde se facilite el desarrollo de las competencias clave del alumnado.

Educación en información

La biblioteca escolar tienen un papel fundamental en el desarrollo iniciativas y programas de formación en la búsqueda, selección y uso de las fuentes informativas y el trabajo documental, disponiendo los recursos de forma efectiva, orientando en su utilización, apoyando proyectos interdisciplinares y la elaboración de trabajos de investigación documental (proyectos documentales y unidades didácticas integradas), ayudando al profesorado a que desde sus respectivas materias refuerce estos aprendizajes.

Educación en información: tratamiento de la información y competencia digital

La educación en información, conocida en el ámbito bibliotecario como alfabetización informacional (ALFIN) es, según el ALA (American Library Association Committee on Information Literacy), “un conjunto de habilidades que capacitan a los individuos para reconocer cuándo se necesita información y poseer la capacidad de localizar, evaluar y utilizar eficazmente la información requerida».

La biblioteca escolar tiene un papel fundamental en el desarrollo de esta competencia, aportando programas e iniciativas para que el alumnado pueda determinar la necesidad de información y aprenda a acceder, seleccionar, usar y comunicarla de forma eficiente. Dichos programas se desarrollarán en el espacio de la biblioteca y/o del aula, contando con el apoyo del resto del profesorado. Deberán tratar, al menos, los siguientes aspectos:

a) En la formación de usuarios: conocimiento de las instalaciones físicas de la biblioteca y zonas en las que se divide, entorno digital, servicios que ofrece, tipología de recursos informativos, búsqueda, selección y recuperación de recursos y materiales, tanto físicos como digitales, en la biblioteca y en internet.

b) En la educación documental: organización de la información, modos de representación, comprensión y valoración de la información, comunicación de resultados en diferentes formatos y soportes. Con estos objetivos resultan muy útiles los proyectos documentales integrados, las unidades didácticas integradas y/o trabajos de investigación, que implican la lectura de ficción y de aprendizaje, el trabajo en varias áreas o materias y la búsqueda, selección, transformación y utilización crítica de la información.

El Plan de Lectura, Escritura y Acceso a la Información y el Plan TIC serán los documentos en los que se describan las actividades e iniciativas de dichos programas, contemplando las acciones que se requieran de la biblioteca escolar en este ámbito, así como las que se diseñen para el análisis, tratamiento, comunicación y aplicación de la información, y que se desarrollen en el aula u otros espacios del centro educativo.

El Plan de Trabajo de la Biblioteca Escolar contemplará, al menos, todas las acciones referentes a la formación de usuarios en el uso de la biblioteca, tanto en su entorno físico como virtual, la búsqueda, selección y recuperación de la información, así como todas aquellas actividades que se decida que deban realizarse en su espacio o con sus recursos.

Aprendizaje de idiomas

La importancia del aprendizaje de idiomas extranjeros ha provocado la creación de centros educativos bilingües o la implantación de la segunda lengua extranjera. En estos casos, es responsabilidad de la biblioteca escolar proporcionar los recursos necesarios en los idiomas que se necesiten y colaborar en actividades para facilitar la tarea docente en este ámbito.

La cooperación entre el profesorado de idiomas y el de la biblioteca es fundamental para la selección de materiales y el diseño de actividades (cartelería de la biblioteca en otros idiomas, secciones específicas, actividades adaptadas, entre otras) para potenciar estos aprendizajes.

Las familias y la biblioteca escolar

La implicación de las familias en la educación de sus hijos es fundamental, por lo que esta cooperación es igualmente importante a la hora de potenciar y motivar la formación lectora e informacional del alumnado. Es responsabilidad compartida entre el equipo directivo del centro, el equipo de la biblioteca y los padres y madres, buscar y promover acciones, iniciativas y actividades que refuercen estos aprendizajes, tanto en el hogar como en el centro educativo, a través de la biblioteca escolar. Dicha participación puede plasmarse en los siguientes aspectos:

a) Gestión de la biblioteca. Puede resultar muy eficaz contar con la participación de padres y madres en la gestión de la biblioteca, pero debe tenerse en cuenta que la responsabilidad principal recae en el Equipo de la Biblioteca y que se necesita una formación especializada para realizar esta tarea. Esta ayuda puede ser una solución para centros con un número muy alto de profesores itinerantes, con la consiguiente dificultad para formar un equipo estable cada curso.

b) Apertura de la biblioteca en horario extraescolar. En los centros donde resulte complicada la apertura del centro en horario no lectivo por falta de personal, puede ser una solución que padres y madres se responsabilicen de esta tarea. Para que resulte útil y duradera en el tiempo, deberá formalizarse y procurar la adecuada formación de las personas implicadas.

c) Actividades de dinamización lectora en el centro. Son muchas y muy variadas las actividades que pueden realizarse para implicar a las familias en la formación lectora de sus hijos, siempre teniendo en cuenta el contexto en que esté ubicado el centro. Entre ellas pueden destacarse la hora del cuento, las tertulias literarias dialógicas o de otros tipos, los clubes de lectura, mochilas viajeras, entre otras.

d) Fomento de la lectura en el hogar. El acercamiento a la lectura en el hogar es fundamental para generar un hábito lector en los hijos e hijas. Esto es posible compartiendo con ellos momentos de lecturas o cuentacuentos desde edades tempranas, intercambiando información o comentado las lecturas realizadas, en edades más avanzadas.

Competencias clave y la biblioteca escolar

El papel de centro de recursos para la lectura, información y aprendizaje de la biblioteca escolar, la convierten en un espacio único para el desarrollo de las competencias clave del alumnado de forma conjunta y transversal, fomentando el aprendizaje por proyectos. El Equipo de la Biblioteca en coordinación con el Equipo Directivo y el resto del claustro deberá organizar los recursos y actividades para poder potenciar todas las competencias en mayor o menor medida.

Competencia matemática

Desde la biblioteca escolar puede colaborarse en acciones para desarrollar la habilidad para seguir determinados procesos de pensamiento que lleven a la solución de problemas y la obtención de información, integrar el conocimiento matemático con otros tipos de conocimiento, aplicar estrategias de resolución de problemas a situaciones cotidianas, manejar los elementos matemáticos básicos en situaciones reales o simuladas de la vida cotidiana y estimar y enjuiciar la lógica y validez de argumentaciones e informaciones.

Desarrollo de la competencia cultural y artística

Con el objeto de potenciar esta competencia, deberán organizarse, en colaboración con el resto del profesorado, acciones que pongan en funcionamiento la iniciativa, la imaginación y la creatividad para conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente diferentes manifestaciones culturales y artísticas. En este sentido pueden contemplarse celebraciones pedagógicas, encuentros y tertulias con escritores y artistas o exposiciones, entre otras iniciativas, pudiendo contemplar la participación de las familias. La extensión cultural de la biblioteca puede jugar en esta competencia un papel muy importante en horario extraescolar.

Apoyo a la competencia de autonomía e iniciativa personal

Debe colaborar en actividades para que el alumnado sea capaz de emprender, desarrollar y evaluar acciones y proyectos individuales o colectivos con creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico, organizando los tiempos y tareas, reelaborando los planteamientos previos. Así como aprender a trabajar cooperativamente, dialogando y negociando, y valorar las ideas de los demás.

Espacio del local

1. La superficie de la biblioteca es fundamental para posibilitar su utilización y organización por zonas de trabajo. Según lo dispuesto en el Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero, por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros que imparten las enseñanzas del segundo ciclo de la educación infantil, la educación primaria y la educación secundaria, la biblioteca deberá contar con una superficie, como mínimo, de 45 metros cuadrados en los centros que impartan la educación primaria, y 75 metros cuadrados en los centros que impartan la educación secundaria obligatoria o bachillerato.

2. Si los centros educativos indicados en el apartado anterior tuviesen más de 400 alumnos deberán tener una sala con, al menos, 100 metros cuadrados, para que pueda ser un espacio educativo acorde al alumnado y profesorado que debe utilizarla. 3. En el caso de los centros rurales agrupados, se deberá habilitar una biblioteca central en la sede de la cabecera con, al menos, 45 metros cuadrados. El resto de sedes contarán con biblioteca de aula, con suficiente espacio para una zona de lectura y consulta. Esta también debe ser la solución para las escuelas unitarias.

Mobiliario de la biblioteca escolar

1. El mobiliario que se utilice en la biblioteca deberá adaptarse al alumnado que vaya a utilizarlo. En la zona de trabajo en grupo e individual, así como el de lectura informal, deberá tener el tamaño adecuado según la edad de sus potenciales usuarios.

2. Las estanterías donde se ubique la colección impresa también debe tener en cuenta la altura de los posibles usuarios, para facilitar la consulta directa de los fondos. Siempre deben evitarse las estanterías cerradas que impidan que el alumnado pueda consultar o mirar cualquier libro o publicación, limitando el uso de éstas a materiales especialmente sensibles o valiosos. Nunca debe primar la organización de la colección sobre su utilización y consulta.

Equipamiento informático y digital

1. Con el objeto de conseguir bibliotecas escolares que faciliten el acceso a la cultura digital, a la lectura en cualquier soporte y potencien la educación en información, debe contar con acceso a las Tecnologías de la Comunicación y la Información en cantidad y calidad adecuadas al alumnado del centro.

2. El número de ordenadores debe adecuarse a los usuarios potenciales. Como mínimo debería contar con un ordenador para la gestión de la biblioteca y dos para uso exclusivo del alumnado o profesorado. Debe incrementarse esta cantidad con, al menos, un ordenador por cada 100 alumnos, si se dispone del espacio necesario.

3. Todos los ordenadores deben contar con conexión a internet, procurando el Equipo de la Biblioteca, con la ayuda de los informáticos de apoyo, establecer los filtros necesarios para su correcta utilización.

4. También debe valorarse la instalación de los equipos necesarios para contar con acceso inalámbrico a internet (wifi), con el objeto de facilitar que el alumnado pueda utilizar sus propios dispositivos electrónicos para acceder a la colección digital de la biblioteca.

5. El ordenador u ordenadores utilizados para la gestión de la biblioteca deberán contar con lector de código de barras para facilitar la labor de catalogación y préstamo.

6. La puesta a disposición del alumnado de lectores de libros electrónicos (ereaders) deberá estudiarse con cuidado, atendiendo a los objetivos que se quieran perseguir y el uso que se les pueda dar. De cualquier forma parece interesante que la biblioteca cuente con un número de ellos, enseñe y facilite su utilización e incluso el préstamo domiciliario, responsabilizando a las familias de su correcto uso.

7. Las tabletas, pueden ser útiles para búsquedas documentales en el mismo local, sustituyendo, incluso, a los ordenadores, aunque su potencialidad no sea la misma. 8. En cualquier caso, los libros electrónicos (ebooks) así como el software cargado en los dispositivos digitales de la biblioteca deberán respetar los derechos de autor.

Composición de la colección de la biblioteca escolar

1. La materiales y recursos que ofrecerá la biblioteca escolar es un aspecto fundamental. La selección la realizará el Equipo de la Biblioteca, teniendo en cuenta las necesidades del centro educativo para desarrollar su labor docente y las preferencias del profesorado y el alumnado. La importancia de la colección no radica en ella misma, sino en su utilidad para estimular la curiosidad y el saber del alumnado y del profesorado.

2. La colección debe estar formada por los siguientes tipos de documentos:

a) Consulta: Diccionarios y enciclopedias en papel o de acceso a través de internet, bases de datos, directorios de webs, webs temáticas, blogs, tutoriales en línea, etc.

b) Ficción: novela, poesía, cómics, cuentos, álbumes ilustrados, películas, audiovisuales, etc.

c) Informativos: ensayos, obras de estudio, monografías, películas, audiovisuales, etc..

d) Otros materiales: juegos, láminas y dibujos, juegos de ordenador, etc.

e) Música impresa, en CD, DVD u otros formatos digitales, incluidos conciertos y grabaciones audiovisuales, de todos los géneros que sea posible.

f) Publicaciones periódicas: revistas educativas, de divulgación científica, de divulgación general, prensa, etc.

g) Materiales curriculares que faciliten los procesos de enseñanza y aprendizaje.

h) Materiales producidos por el alumnado y el profesorado.

i) Materiales para alumnado con necesidades educativas especiales o adaptada a diferentes necesidades de lectura (audiolibros, de lectura fácil, pictogramas, libros en braille, etc.)

3. Todos los tipos de documentos indicados en el apartado 2 podrán presentarse en formato impreso o digital para su consulta y/o lectura en lectores de libros electrónicos (ereaders), pantallas o tabletas.

4. La colección mínima deberá ser de 1.500 documentos, manteniendo una proporción de, al menos, diez títulos por alumno, incluyendo literatura de ficción, materiales audiovisuales, obras de referencia y de conocimiento y publicaciones periódicas impresas o digitales. Aunque las recomendaciones de los organismos internacionales de referencia (IFLA/UNESCO) aconsejan una cantidad superior, el tamaño de algunos centros rurales agrupados y escuelas unitarias, obligan a adecuar este parámetro a la realidad educativa.

5. No se establecen límites máximos en cuanto a la cantidad de fondos de la biblioteca, pero debe tenerse en cuenta que, por razones de espacio, almacenamiento y gestión, no son operativas las colecciones que superen los 7.000 volúmenes. Por tanto, cuando el centro tenga más 700 alumnos, se entiende que no se mantenga la proporción de documentos por alumno expresada en el apartado anterior.

Proporción entre fondos de ficción e informativos

El principal objetivo de la biblioteca escolar es el apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje, por lo que los fondos informativos deben tener un peso importante dentro de su colección. Aunque no es necesario cumplir estrictamente la recomendación, es aconsejable que exista un porcentaje de entre el 60% al 70% para libros informativos, en Educación Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos, bajando este porcentaje hasta el 50%, en el caso de Educación Primaria, Educación Infantil y resto de niveles.

La colección digital de la biblioteca

1. El papel de la biblioteca escolar como mediador entre el alumnado y la cultura digital requiere que facilite recursos y materiales adecuados para esta tarea. Por tanto, es obligado que cuente con una colección digital, amplia y de calidad contrastada para favorecer los aprendizajes.

2. Esta colección debe estar catalogada como cualquier otro recurso, para que pueda ser accesible desde el catálogo general, web y/o blog de la biblioteca.

3. La  biblioteca deberá incorporar tantos materiales y recursos digitales como sea posible para completar y mejorar la colección de la biblioteca.

4. La Administración Educativa impulsará, siempre que sea posible, acuerdos con editoriales o plataformas de préstamo electrónico, para facilitar este tipo de recursos a las bibliotecas escolares extremeñas.

Organización y funcionamiento de la biblioteca escolar

La biblioteca escolar que se demanda en el sistema educativo del siglo XXI requiere recursos, tanto materiales como humanos, pero si estos no se estructuran de forma adecuada será muy difícil que se alcancen los niveles de eficacia y eficiencia requeridos. Por este motivo, la organización de la biblioteca requiere de un plan de trabajo elaborado, donde se recojan todo los detalles sobre su gestión y funcionamiento, decisiones en cuanto a la distribución de los fondos, acceso digital al catálogo y fondos de la colección, horario de apertura, presupuesto, entre otras cuestiones.

Plan de Trabajo de la biblioteca escolar

1. La biblioteca escolar deberá contar con un Plan de Trabajo elaborado y redactado por el Equipo de la Biblioteca que se revisará y actualizará todos los cursos, teniendo en cuenta la evaluación del curso anterior, para adaptarse a las necesidades del centro, su Proyecto Educativo, Programación General Anual, programaciones didácticas y actividades complementarias. En todo caso deberá ser conocido y apoyado por el claustro y contar con el visto bueno del Equipo Directivo.

2. El Plan de Trabajo de la Biblioteca Escolar contará, al menos, con los siguientes apartados:

a) Análisis y conocimiento del contexto. Deberá contemplar una descripción del entorno del centro educativo, situación de partida o las acciones realizadas hasta el momento en este ámbito, las necesidades de la comunidad educativa, la infraestructura bibliotecaria y la formación requerida por el profesorado.

b) Justificación y objetivos del plan que se quiere desarrollar, escogidos con realismo y teniendo en cuenta los resultados de las evaluaciones de competencias externas, la situación de partida del alumnado y, en general, del centro educativo.

c) Actuaciones para mejorar los equipamientos e instalaciones, concretándolas de forma realista y atendiendo al presupuesto que se cuente en el centro y las dotaciones extraordinarias recibidas por la Administración Educativa. También se plasmarán los apoyos recibidos por la AMPA y otras instituciones y organismos externos.

d) Actuaciones para mejorar los fondos y su gestión, atendiendo a las necesidades curriculares y organizativas del centro y contando con los recursos económicos de los que dispone la biblioteca escolar.

e) Organización de la biblioteca (horarios, presupuesto, equipo de apoyo, etc.). Descripción detallada de estos aspectos incluyendo un listado del profesorado y resto del personal no docente que participará en su gestión.

f) Actividades de fomento de la lectura y escritura. Descripción detallada de las acciones, iniciativas y actividades que se llevarán a cabo desde la biblioteca, indicando las áreas o materias que participarán o se trabajarán. También debe incluirse el apoyo al tiempo diario de lectura marcado en los currículos, así como las medidas que se pondrán en marcha tras el análisis de los resultados de la evaluación externa de las competencias del alumnado.

g) Educación en información. Descripción detallada de la formación de usuarios en el uso de la biblioteca escolar y sus recursos, teniendo en cuenta todos los niveles y ciclos. Los proyectos documentales o las unidades didácticas integradas que se desarrollarán indicando qué cursos, áreas o materias participarán. Cualquier otra actividad o acción que impulse la competencia de Tratamiento de la información y competencia digital, y la de aprender a aprender.

h) Iniciativas para incluir la biblioteca en los documentos del centro. Se detallarán las acciones que se realizarán para que se incluya en el Proyecto Educativo, proyecto curricular, programación general, programaciones de aula y materias, reglamento de organización y funcionamiento, etc.

i) Difusión. Se describirán con detalle todas las iniciativas que se lleven a cabo para difundir toda la información referente a la biblioteca: novedades, guías de lectura, revistas, actividades que se desarrollarán, extensión cultural. Se indicarán los medios físicos y digitales (blogs, webs, perfiles en redes sociales, etc.) que se utilizarán para esta tarea.

j) Actividades para el alumnado con necesidades educativas especiales, de minorías étnicas o culturales y de compensación social. Cuando el centro educativo cuente con alumnado de este tipo, la biblioteca tiene la responsabilidad de colaborar en las actividades e iniciativas que se diseñen para su integración. Se deberán explicitar acciones, adquisición de recursos, materiales, etc.

k) Evaluación. Deben especificarse los procedimientos de seguimiento, los instrumentos utilizados para recoger información sobre el funcionamiento de la biblioteca y los indicadores que mostrarán el estado y situación de ella. Todos los centros REBEX deberán utilizar como referencia la herramienta de autoevaluación Bibliotecas escolares ¿entre interrogantes?. Se aconseja que el resto de centros también la utilicen o la adapten a sus necesidades y contexto.

Las bibliotecas de aula

Se entiende como tal al espacio dentro del aula en el que pueden encontrarse libros, publicaciones periódicas u otros materiales prestados por la biblioteca central. Provocan un acercamiento rápido y sencillo a los fondos, poniendo al alcance del alumnado recursos que utilizarán en su proceso de aprendizaje con bastante frecuencia. Con el objeto de que sea eficaz deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

1. Todos los fondos de las bibliotecas de aula estarán catalogados y registrados en la biblioteca central y constarán como préstamos de ella.

2. La composición del fondo de la biblioteca de aula deberá contener libros de ficción e informativos en proporciones similares y deberán renovarse con la periodicidad adecuada para que resulte atractivo su consulta y uso.

3. Si fuera posible, debe dotarse a la biblioteca de aula de medios tecnológicos adecuados (ordenadores, pizarras digitales, tabletas, etc.), para facilitar la consulta del catálogo y la colección digital de la biblioteca central, de esta forma se complementaría con sus recursos impresos.

4. En los centros educativos donde el local de la biblioteca escolar sea pequeño y no haya posibilidades de ampliación, en las escuelas unitarias y en las subsedes de los centros rurales agrupados, debe pensarse en una distribución de fondos en bibliotecas de aula, pero siempre manteniendo las consideraciones indicadas en este artículo.

Catalogación, clasificación y organización de los fondos

1. Se recomienda el empleo de sistemas estandarizados para la catalogación, automatización, clasificación y organización de los fondos, ya que garantizan que los aprendizajes que el alumnado realice como usuario de la biblioteca escolar pueda hacerlos extensivos a otras bibliotecas, que deberá utilizar a lo largo de su vida académica y personal.

2. En la catalogación deben seguirse las Reglas de Catalogación, elaboradas por la Biblioteca Nacional y publicadas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, en la versión que se encuentre vigente en cada momento.

3. En la clasificación de los recursos informativos debe utilizarse la Clasificación Decimal Universal (CDU), pero adaptándola a las diferentes niveles y ciclos. La utilización de hasta dos dígitos, aunque limitada, ha resultado eficaz en las bibliotecas escolares.

4. En la organización de los recursos y materiales en las estanterías también debe utilizarse la CDU. Deben separarse los fondos informativos de los de ficción de la siguiente forma:

a. Fondos informativos: Se clasificarán por las subdivisiones de materias y por orden alfabético de las tres primeras letras del apellido del autor. La clasificación de las obras de un mismo autor se hace por orden alfabético de los títulos.

b. Los fondos de ficción pueden distribuirse según géneros, que se designarán con una letra: N para narrativa; P para poesía, rimas y canciones; T para teatro y C para los cómics e historietas. En los centros de Educación Primaria y Educación Infantil, también resulta útil su separación por edades, asignando colores a cada una de ellas.

5. La ordenación debe ir acompañada de una adecuada señalización de las estanterías, en la que aparezca su número de la CDU y la materia correspondiente o su género, dependiente del tipo de fondo que contengan.

6. Puede resultar de gran utilidad la asignación de descriptores al fondo catalogado, para facilitar la recuperación de materiales, la elaboración de listas de lecturas y la interconexión interna de los fondos. El servicio con competencias en bibliotecas escolares elaborará un listado de descriptores o recomendará el más adecuado para el entorno escolar.

Horario de apertura de la biblioteca

1. El horario de apertura de la biblioteca debe ser lo más amplio posible e intentar que coincida con el lectivo del centro, con el objeto de favorecer su utilización para actividades docentes, realización de consultas, trabajos de investigación, facilitar el préstamo, etc.

2. La organización de los recursos humanos en el centro deberá contemplar la atención de la biblioteca por miembros del Equipo en horario lectivo.

3. Siempre que sea posible la biblioteca debe abrir en horario extraescolar. La responsabilidad de su apertura recaerá en el personal propio del centro, incluido el personal de administración y servicios, si su jornada laboral lo hiciera posible y el Equipo directivo lo estimara oportuno. En caso contrario, debe tenerse en cuenta el establecimiento de convenios de colaboración con otras Administraciones, en especial los ayuntamientos, así como la ayuda que puedan prestar padres y/o madres, teniendo siempre en cuenta que la responsabilidad de la gestión recae en el profesorado del centro.

4. Debe facilitarse su utilización por los grupos-clase, o por los distintos departamentos, estableciendo procedimientos de reserva de espacio, de modo que se garantice el aprovechamiento de los recursos en todo momento.

5. El horario de apertura deberá especificarse en las normas de la biblioteca y difundirse claramente en tablones informativos o cualquier otro medio físico y digital tanto del centro, como de la biblioteca.

Servicios que debe prestar la biblioteca escolar

1. Los servicios que prestará la biblioteca escolar deben apoyar de forma preferente el Proyecto Educativo del centro, así como los procesos de enseñanza y aprendizaje, el fomento de la lectura y la educación en información del alumnado. Dichos servicios deberán facilitar el desarrollo de los ámbitos de trabajo de la biblioteca. Se considera imprescindible que la biblioteca cuente con una guía o documento con los detalles de los servicios disponibles (horario, normas, plano, condiciones del préstamo, etc.).

2. Préstamo. Es obligado que exista un servicio de préstamo que facilite a la comunidad educativa la utilización de los recursos y materiales de la biblioteca. Los tipos de préstamos pueden ser diversos: individuales, colectivos, a las bibliotecas de aula, a los departamentos, de consulta en el mismo local, domiciliarios, maletas viajeras e incluso puede contemplarse la posibilidad de realizar préstamos interbibliotecarios, provocando el intercambio de recursos con otros centros educativos. Se considera fundamental la existencia de préstamo domiciliario, de consulta en el mismo local y a las bibliotecas de aula. En las normas de la biblioteca, así como en los tablones de información del centro y demás medios físicos o digitales utilizados para la difusión, deben especificarse los horarios de préstamo, así como plazos, requisitos y cualquier detalle que ayude a su correcto funcionamiento.

3. Difusión. La difusión de los recursos y materiales disponibles en la biblioteca es otra de las tareas o servicios primordiales de la biblioteca. Toda la comunidad educativa debe estar informada de las novedades y publicaciones que ofrece. Para esa tarea pueden utilizarse medios tradicionales como tablones, murales, expositores, boletines, guías, etc., además de los medios digitales. La creación de un blog o web específico de la biblioteca se considera hoy en día como imprescindible. Así mismo, se considera importante que la biblioteca cuente con perfiles en las principales redes sociales, para acercarse al alumnado de una forma más eficaz.

4. Programas y actividades. La biblioteca debe elaborar iniciativas y actividades, dentro de sus posibilidades, para apoyar todos o parte de los ámbitos en los que el centro trabaje, y sobre todo para apoyar el currículo, fomentar la lectura y escritura, y desarrollar la educación en información del alumnado.

La biblioteca escolar como espacio de cumplimiento de medidas disciplinarias

La biblioteca escolar no debe utilizarse como lugar donde el alumnado cumpla medidas disciplinarias al desvirtuar sus funciones como espacio educativo y de acercamiento a la lectura, pudiendo provocar rechazo.

La biblioteca escolar y la cultura digital

La implantación de la cultura digital y sus herramientas en todos los ámbitos de la sociedad exige de la biblioteca escolar que trascienda el espacio físico donde se ubica para estar presente allí donde se la necesite; a tal efecto, se procederá a la gestión de su entorno y dimensión digital, incorporando los recursos y materiales disponibles en la biblioteca digital Librarium, plataforma que la Administración educativa extremeña ha puesto a disposición de las bibliotecas de los centros.

Funciones de la biblioteca escolar

La biblioteca escolar debe ser un agente imprescindible para la innovación pedagógica, que potencie el aprendizaje cooperativo basado en proyectos. Tal y como se concibe en el modelo deber ser capaz de:

  • Proporcionar acceso igualitario a la cultura impresa y digital, facilitando recursos, materiales y publicaciones en ambos formatos, en número suficiente para el apoyo a las áreas curriculares y a la práctica docente, el fomento de la lectura de ficción y de aprendizaje, el desarrollo de la educación en información y el aprendizaje autónomo.
  • Mediar entre los recursos de la biblioteca, la lectura, la información y los usuarios, fundamentalmente alumnado y profesorado, difundiendo sus fondos, distribuyéndolos cuando sean requeridos o facilitando su localización y utilización.
  • Ofrecer recursos, actividades, así como el espacio adecuado para desarrollar todas las competencias clave del alumnado, en colaboración con el resto del profesorado.
  • Potenciar la lectura comprensiva en todos los soportes, áreas y materias, proporcionando los recursos necesarios para desarrollar el tiempo de lectura diario obligatorio, así como el hábito lector y escritor del alumnado, ofreciendo no solo materiales y actividades, sino también un espacio de acercamiento diferente a la lectura.
  • Impulsar el uso eficiente de la información y la integración de las TIC en la búsqueda, localización y selección de la información, diseñando programas, actividades e iniciativas para el plan de lectura, escritura y acceso a la información o para cualquier otro que desarrolle el centro en este ámbito.
  • Participar en iniciativas para el apoyo al estudio y disminución del fracaso escolar, superación de desigualdades y atención a la diversidad.
Fomento de la lectura y escritura

Este es el ámbito más conocido y utilizado de la biblioteca escolar. No solo debe proporcionar recursos para leer, o itinerarios lectores, sino también ofrecer un espacio de acercamiento diferente, apoyando no solo actividades curriculares sino momentos en los que el alumnado escoja sus propias lecturas y no tenga obligación de explicar su elección, ni el contenido de lo que lee. En cuanto a la escritura, la biblioteca dispondrá de recursos que permitan aumentar y fijar los procesos de producción de textos, tanto del ámbito académico como del personal.

Los programas de intervención educativa del centro

La facilidad y eficacia con la que se pueden articular en la biblioteca escolar actividades y acciones educativas de todo tipo, hacen que sea imprescindible su participación en el desarrollo de otros programas y proyectos del centro educativo. Una función especial tendrá en el desarrollo del Plan de Lectura, Escritura y Acceso a la Información y en el Proyecto Lingüístico del Centro, pero también los programas de cooperación europeos, planes de convivencia, educación en valores, innovación educativa, apoyo al estudio, coeducación, etc., deben contar con su apoyo, tanto en materiales, recursos, recomendaciones de lectura o actividades concretas. El equipo directivo potenciará que esto se produzca y velará para que se contemple este aspecto en el Programa de Trabajo de la Biblioteca Escolar.

Superación de desigualdades y atención al alumnado con necesidades educativas especiales

La biblioteca escolar debe ser un entorno que ayude a superar las desigualdades de partida o adquiridas del alumnado, sirviendo de apoyo para aquellos que tengan necesidades educativas especiales y ofreciendo o participando en iniciativas para mejorar los resultados del alumnado. En este sentido deberá:

  • Ofrecer recursos educativos, tecnológicos y culturales que disminuyan la brecha social.
  • Apoyo a programas destinados a evitar el fracaso escolar o mejorar el estudio en horario extraescolar.
  • Proporcionar materiales en los idiomas de origen y/o de las culturas del alumnado inmigrante o de minorías étnicas para facilitar su integración.
La extensión cultural en la biblioteca escolar

1. Se conoce como extensión cultural de la biblioteca escolar a todas aquellas acciones, actuaciones e iniciativas que buena parte o en su totalidad trascienden el currículo o las propias funciones del centro educativo y que pueden estar dirigidas no solo a la comunidad educativa sino a los ciudadanos de la localidad o barrio donde se encuentre. Aún siendo un ámbito donde la biblioteca escolar puede desarrollar mucha actividad, y que pueden ser importantes para el desarrollo de la formación, no solo lectora, sino cultural y artística del alumnado, hay que tener en cuenta que no es su función principal, por lo que este tipo de actividades no puede ser el centro de su plan de trabajo ni las únicas que desarrolle. Deben excluirse de este ámbito actuaciones muy similares (como por ejemplo exposiciones) pero que forman parte de las actividades pedagógicas que atienden a objetivos curriculares.

2. Hay muchas y diferentes actividades de extensión cultural que pueden llevarse a cabo desde la biblioteca escolar: visitas a otros tipos de bibliotecas o centros culturales, efemérides y conmemoraciones pedagógicas, día del libro, de la lectura, de la poesía, tertulias y talleres literarios, cinematográficos, escritores, etc., certámenes y concursos literarios, cuentacuentos, exposiciones, visitas de escritores y otros artistas. Siempre que sea posible y adecuado deberían organizarse en coordinación con la biblioteca pública o con otras instituciones socioculturales de la localidad.

Competencia en comunicación lingüística

Con el objeto de apoyar el desarrollo de la competencia en comunicación lingüística, la biblioteca escolar debe ofrecer una colección de recursos impresos y digitales, así como contemplar actividades e iniciativas dentro de su plan de trabajo para:

a) Potenciar el lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita en múltiples contextos.

b) Facilitar materiales y recursos para el desarrollo del tiempo diario de lectura especificado en los currículos.

c) Fomentar la lectura de todo tipo y con fines diversos, procurando aumentar la competencia lectora del alumnado, el nivel de su comprensión lectora y el aumento de estrategias para la comprensión de textos académicos.

d) Facilitar el acceso a la información y sus fuentes, así como a las herramientas y conocimientos necesarios para convertirla en conocimiento.

e) Favorecer el juicio crítico y ético, con espíritu constructivo.

f) Potenciar la lectura digital en cualquier soporte.

g) Favorecer el aprendizaje y uso funcional de, al menos, una lengua extranjera.

Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico

La biblioteca escolar debe participar y/o promover actividades que posibiliten la comprensión de sucesos, la predicción de sus consecuencias y la mejora y preservación de las condiciones de vida. Deben potenciarse habilidades para desenvolverse adecuadamente, con autonomía e iniciativa personal en ámbitos de la vida y del conocimiento muy diversos y para interpretar el mundo. Asimismo, debe facilitar la localización, obtención, análisis y representación de la información de forma cualitativa y cuantitativa, además de interpretar el conocimiento disponible, tanto teórico como para realizar predicciones y tomar decisiones. Así como favorecer la comprensión e identificación de preguntas o problemas, obtener conclusiones y comunicarlas en distintos contextos (académico, personal y social). Y reconocer las fortalezas y límites de la actividad investigadora.

Apoyo a la competencia social y ciudadana

Participar, cuando se le requiera, en actividades que favorezcan la reflexión de forma crítica y lógica de la realidad histórica y social del mundo, su evolución, logros y problemas, siendo consciente de la existencia de diferentes perspectivas de análisis, haciendo posible la comprensión de la realidad social en la que se vive y el ejercicio de la ciudadanía democrática.

Competencia para aprender a aprender

La biblioteca debe ser un espacio donde trabajar esta competencia a través de iniciativas que enseñen a plantearse preguntas, identificar y manejar la diversidad de respuestas posibles transformar la información en conocimiento propio, aplicar los nuevos conocimientos en situaciones parecidas y contextos diversos, ser perseverantes en el aprendizaje, afrontar la toma de decisiones racional y críticamente, obtener un rendimiento máximo de las capacidades de aprendizaje con la ayuda de estrategias y técnicas de estudio. Los programas de educación en información serán una herramienta muy adecuada para potenciar las destrezas y habilidades para dominar esta competencia.

Ubicación de la biblioteca escolar

1. La inmensa mayoría de los centros educativos ya tienen adecuadamente ubicada la biblioteca. Para aquellos que sean de nueva creación o los que tienen la posibilidad de cambiar el local donde se encuentra, podrán seguir las recomendaciones expresadas en este apartado, teniendo en cuenta las infraestructuras con las que cuenten.

2. Los factores a tener en cuenta para ubicar la biblioteca escolar deben ser, por orden de importancia: accesibilidad, espacio e idoneidad del local (iluminación, instalación eléctrica, cableado de red, temperatura, ausencia de ruido, etc.).

3. La accesibilidad debe ser el factor principal a tener en cuenta a la hora de ubicar la biblioteca. Desde el interior, situándola cerca de las aulas y a ser posible contigua a la de informática, para facilitar la utilización conjunta de los recursos impresos y digitales. Desde el exterior, facilitando su apertura en horario extraescolar de forma independiente. En cualquier caso, para facilitar su localización, es necesario señalizar su ubicación desde cualquier punto del edificio, así como desde el exterior.

4. Debe priorizarse que el local se encuentre en la planta baja para que no tenga barreras arquitectónicas, de no ser así, se deberán garantizar las condiciones básicas de accesibilidad.

5. La superficie del local de la biblioteca es también muy importante, ya que si el local es amplio permitirá organizar diferentes zonas de trabajo.

6. Hay que tener en cuenta otras condiciones como una buena iluminación, natural y artificial, una instalación eléctrica que permita la utilización del equipamiento tecnológico necesario, así como el cableado necesario para conectar a internet (si no se usa acceso inalámbrico), una temperatura ambiente adecuada (para procurar las mejores condiciones de trabajo durante todo el año, así como la buena conservación de la colección) y la ausencia de ruido tanto del exterior como del interior.

7. En los casos en los la biblioteca escolar ya tenga su propio local y este no cumpla las indicaciones de los apartados anteriores de este artículo, deberían estudiarse las opciones y posibilidades de un cambio de ubicación, o la alternativa de la organización de una biblioteca distribuida utilizando las bibliotecas de aula.

Zonas de la biblioteca

1. La diferenciación por zonas en la biblioteca facilita su utilización y provoca un ambiente de trabajo adecuado a los objetivos que persigue. Siempre que el espacio lo permita deberían organizarse las siguientes zonas:

 a) Zona de gestión y atención al usuario. Destinada a los miembros del Equipo de la Biblioteca con responsabilidad en las tareas técnicas. Debe situarse en un lugar con buena visibilidad, preferiblemente cerca de la entrada y disponer del equipo informático y del programa de gestión bibliotecaria recomendado por la Administración Educativa (abiesweb), conexión a internet, lector de código de barras, impresora, escáner y mobiliario adecuado (mesa amplia o mostrador para atender el préstamo o las peticiones de información, estanterías propias, carro para mover libros y otros materiales, etc.)

b) Zona de trabajo, estudio e investigación. Deberá contar con mesas adecuadas y sillas suficientes para el trabajo en grupo e individual, y ubicarse en un espacio que no interfiera en el trabajo del resto de los usuarios.

c) Zona de lectura informal de textos escritos. En ella debe ubicarse la literatura de ficción, las revistas, la prensa y los juegos. Los centros que cuentan con el segundo ciclo de Educación Infantil deben disponer de un espacio específico, con sus propios materiales, para los niños y niñas de 3 a 5 años.

d) Zona de audiovisuales. Debe contar con la tecnología, los recursos y el espacio adecuados para proyecciones y audiciones, tanto para la utilización por parte del profesorado con los grupos-clase, como para uso autónomo del alumnado contando con auriculares.

e) Zona informática. Con suficientes equipos para el número de usuarios potenciales. Esta zona puede obviarse si se dispone de un aula de informática cercana a la biblioteca. Siempre que se pueda, debe procurarse que ambas estén comunicadas y parezcan un espacio único.

f) Zona de información variada. Generalmente se trata de un espacio con paneles donde colgar convocatorias (de actividades culturales de la comunidad donde se encuentra, del propio centro o de la biblioteca) y disponer de un buzón de sugerencias. Este es un buen lugar donde informar de las normas de uso, la organización del fondo y los servicios de la biblioteca (horario, préstamo, etc). También puede tener un espacio para novedades, con expositores para divulgar las últimas adquisiciones.

g) Zona para familias. Puede contemplar un fondo documental acorde con sus intereses y necesidades, en relación con la educación de sus hijos e hijas y con su condición de miembros lectores de la comunidad escolar.

2. Todas las zonas deben estar convenientemente señalizadas para que los usuarios puedan hacer uso de ellas de forma autónoma.

Equipamiento audiovisual de la biblioteca escolar

Este equipamiento deberá ajustarse a los soportes en los que estén los recursos y materiales de la colección, pero podría incluir: reproductor de vídeo/DVD, proyector y pantalla de proyección, cámara fotográfica digital, cámara de vídeo, trípode, monitor TV, equipo de audio, entre otros.

El entorno virtual de la biblioteca

1. Es fundamental entender que la biblioteca escolar debe trascender sus propias paredes para ofrecer un espacio virtual que pueda utilizar el alumnado y el profesorado, independientemente de su ubicación. El Equipo de la Biblioteca deberá dedicar una parte de su tiempo a la creación y mantenimiento de su entorno virtual, por lo que una buena parte de sus miembros deberán contar con la formación adecuada o incorporar personal con los conocimientos necesarios para encargarse de esta tarea.

2. Teniendo en cuenta la rápida evolución de las tecnologías en este campo, de la web 2.0 y sus posibles desarrollos futuros e incorporación de nuevas herramientas, el espacio virtual de la biblioteca debería formarse con, al menos, una web y/o blog que contara, como mínimo, con los siguientes espacios:

a) Acceso al catálogo en línea.

b) Información sobre horarios, normas de utilización, difusión de novedades, centros de interés, actividades y todo aquello que facilite su utilización.

c) Colección de recursos digitales. Formada por los documentos (libros, enciclopedias, revistas, podcast, etc.) en distintos formatos (pdf, epub, html, etc.), enlaces a webs, blogs o cualquier otro material, debidamente revisado, que pueda ser de utilidad e interés para el alumnado y el profesorado. En cualquier caso, deben respetarse los derechos de propiedad intelectual de todos estos recursos.

d) Espacios de intercambio de opiniones e información entre el alumnado, el Equipo de la Biblioteca y el resto del profesorado.

3. Las redes sociales son, hoy en día, vehículos imprescindibles de comunicación entre el alumnado. Es recomendable que la biblioteca cuente con perfiles entre las más utilizadas para difundir sus actividades, servicios y recursos entre la comunidad educativa, adaptándose a las que vayan apareciendo y puedan tener interés para difundir y distribuir.

Política de adquisiciones para la biblioteca

1. La política de adquisiciones es responsabilidad compartida entre el Equipo Directivo y Equipo de la Biblioteca, centrándose este último en la selección de materiales, teniendo en cuenta los intereses y necesidades curriculares de la comunidad educativa y atendiendo al Proyecto Educativo del centro.

2. Los criterios generales que deben primar para seleccionar los recursos y materiales son: posibilidades de uso siempre buscando la calidad de los mismos, adecuación al proyecto curricular, a los programas y proyectos desarrollados, así como al contexto del centro, cuidando la actualización y equilibrio entre los distintos tipos de soportes y documentos.

Recursos y materiales en otros idiomas

La biblioteca escolar debe ofrecer recursos y materiales para apoyar el aprendizaje de los idiomas extranjeros que se cursen en el centro. Así mismo, deberá contemplar, dependiendo de la existencia de alumnos inmigrantes, la adquisición de materiales en sus idiomas y/o de sus culturas para favorecer su integración y el conocimiento de esas culturas por el resto del alumnado.

Incremento de los fondos y expurgo de la biblioteca

1. Cada curso escolar debe incrementarse el fondo con, al menos, un documento por alumno, siempre que la disponibilidad presupuestaria lo permita y teniendo en cuenta que la ampliación de fondos debe ser planificada cuidadosamente a medio y largo plazo.

2. Es muy importante que no se mantengan en la biblioteca, recursos y materiales obsoletos, deteriorados o que no son utilizados. Por lo que es obligado realizar un expurgo de estos fondos, al menos, cada dos años, con el objeto de mantener actualizada la colección. En el expurgo se determinará qué materiales deben ser desechados, por considerarlos obsoletos y cuáles repuestos, al deteriorarse por el uso o se hayan perdido. El destino de los fondos expurgados dependerá del centro educativo, aunque siempre deberán almacenarse en un lugar fuera del espacio de la biblioteca o proceder a su venta o donación.

Dependencia orgánica de la biblioteca escolar

El Reglamento de Organización de Centros vigente en cada momento indicará la dependencia orgánica de la biblioteca escolar en el centro educativo. En las futuras modificaciones de esta normativa, debe tenderse a que estén vinculadas a la Jefatura de Estudios en cualquiera de los niveles previos a la Universidad.

Centralización y biblioteca distribuida

1. La biblioteca escolar debe centralizar la gestión de todos los materiales físicos informativos y de ficción que se encuentren en el centro, exceptuando los documentos de carácter administrativo y oficiales de evaluación e incluyendo los que puedan ser adquiridos por los departamentos. Para facilitar la tarea, el Equipo Directivo, recabará la colaboración de las unidades correspondientes.

2. Un vez que formen parte del catálogo general todos los recursos explicitados en el apartado anterior, podrán ubicarse en cualquier lugar del centro (bibliotecas de aula, de departamento, etc.). De esta forma cualquier miembro de la comunidad educativa podrá saber en cada momento si existen determinados recursos y dónde se guardan.

3. Las nuevas formas de aprendizaje y la implantación de las TIC están provocando la utilización de los recursos de la biblioteca fuera de su propio local, por lo que es necesario disponer de los medios tecnológicos oportunos para facilitar a la comunidad educativa la utilización de la colección fuera del local de la biblioteca.

Bibliotecas de los centros rurales agrupados

1. Con el objeto de evitar que la idiosincrasia propia de los centros rurales agrupados provoque la dispersión de recursos de la biblioteca, debe centralizarse la colección en su sede de cabecera, realizando posteriormente los préstamos colectivos necesarios a las bibliotecas de aula de las distintas subsedes.

2. Cada cierto tiempo deberán intercambiarse parte o la totalidad de los recursos y materiales de cada una de las bibliotecas de aula para que todo el alumnado tenga las mismas posibilidades de consulta y utilización. En este caso se deberá pensar en dispositivos móviles de transporte de materiales entre las distintas subsedes.

3. En este tipo de centros cobra mayor importancia la idea de la biblioteca distribuida con un catálogo y colección digitales que sean accesibles desde cualquier subsede.

Automatización de la colección

1. La automatización de todos los recursos y materiales de la biblioteca es fundamental para facilitar su búsqueda y localización. Por tanto, el equipo de biblioteca debe entender esta tarea como prioritaria a la hora de elaborar el Plan de Trabajo y planificar sus tareas.

2. El sistema de gestión bibliotecaria utilizado será el recomendado por la Consejería con competencias en Educación. Sin perjuicio de que en un futuro se desarrolle y recomiende cualquier otro que se considere más adecuado, las bibliotecas escolares deberán utilizar el conocido como Abiesweb, desarrollado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.

3. En cualquier caso no se permitirá la utilización de sistemas o aplicaciones informáticas que no sean específicas para la gestión de bibliotecas escolares o adaptadas a su entorno, o aquellas que tengan un coste añadido para el centro educativo.

4. Atendiendo al entorno virtual de la biblioteca, debe considerarse una prioridad hacer accesible el catálogo en internet, de tal forma que pueda ser consultado por la comunidad educativa fuera del local de la biblioteca.

Presupuesto de la biblioteca escolar

1. La biblioteca, como servicio esencial del centro educativo, debe contar con recursos económicos suficientes, dentro de las posibilidades de cada centro. Será el equipo directivo, oído el Consejo Escolar, quien marque un porcentaje del presupuesto ordinario del centro para sus necesidades, aunque se considera que no debe ser inferior al 5%. No deberán incluirse en este porcentaje las dotaciones que el centro reciba para la biblioteca por parte de la Consejería con competencias en Educación.

2. Dicho presupuesto será gestionado por el Equipo de la Biblioteca para realizar las adquisiciones necesarias, mejorar sus infraestructuras y sus equipamientos, aunque conviene establecer procedimientos para que la comunidad educativa pueda participar en las prioridades de gasto y en la selección de materiales.

3. En las decisiones de gasto del presupuesto de la biblioteca tendrá prioridad la composición de una colección de fondos completa y de calidad, así como la adquisición de materiales de apoyo a la enseñanza para alumnado con dificultades económicas. Seguidamente, los equipamientos tecnológicos, las obras de adaptación o ampliación del local y por último, la mejora del entorno del local físico de la biblioteca.

La biblioteca escolar en los documentos de centro

La biblioteca escolar es responsabilidad compartida entre el centro educativo donde se integra y la Administración Educativa. Con el objeto de que cuente con las infraestructuras, medios, atención y utilización necesaria debe integrarse en los documentos del centro: Proyecto educativo, Programación General Anual, Reglamentos de organización y funcionamiento, Proyectos de dirección, Planes de lectura, escritura y acceso a la información, Proyectos lingüísticos de centro y en todos aquellos en los que pueda ayudar. Así mismo, en la memoria final del curso deberá incluirse la de la biblioteca escolar.